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Quiropodia

Si diariamente damos unos 10.000 pasos de media, podemos decir que nuestros pies son una de las partes del cuerpo que más se usan y más se sobrecargan.

A esto a veces se une el uso de calzado inadecuado, una pisada irregular, escasos hábitos de prevención y cuidado, así como otros factores.

Con esta realidad, es normal que aparezcan dolencias que son fácilmente tratables en nuestra consulta y que son el día a día de nuestro trabajo:

La quiropodia incluye la eliminación de hiperqueratosis o helomas (conocidos popularmente como “durezas”, “callos” u “ojos de gallo”). También corte de uñas, fresado, inspección de la piel, educación sanitaria para el cuidado de tus pies…

Uña encarnada

Es algo muy frecuente, consiste en que la uña se clava en el tejido blando del dedo e incluso puede infectarse. Generalmente los vemos en el primer dedo pero puede ocurrir en cualquier otro dedo del pie.

Parece algo sin importancia y lo es si se trata adecuadamente por un experto. Pero si se deja un tiempo o se cura de forma inadecuada, se puede agravar y aparecer complicaciones.

Papilomas

Verrugas plantares causadas por el virus del papiloma humano (VPH), pequeñas lesiones que aparecen generalmente en las plantas de los pies pero pueden estar también en otras zonas.

Como casi todas las demás dolencias, es importante tratarlas a tiempo para que no se agraven ni se contagien. Así ahorraremos molestias y visitas al podólogo. Cuanto antes pidamos ayuda, mejor.

Afecciones dermatológicas

Alteraciones en la piel que pueden aparecer como consecuencia de enfermedades, hongos, bacterias o virus.

También por sudoración, por trastornos propios de la piel (dermatitis atópica, psoriasis, etc), por enfermedades metabólicas (diabetes, etc) y problemas circulatorios.

Resaltamos la importancia en las revisiones frecuentes a cargo de la figura del podólogo para la detección precoz del melanoma maligno, que es el tumor maligno más frecuente de cualquier tipo en el pie. Tiene muy mal pronóstico aunque se realiza terapia dirigida según las características de cada tipo específico de melanoma.

Tratamiento de cicatrices

Las cicatrices, por muy pequeñas que sean, son el resultado de un mecanismo de reparación que el cuerpo pone en marcha. La parte de piel cicatrizada nunca va a tener la elasticidad y demás propiedades que pueda tener la piel sin lesionar.

En muchas de ellas se hacen necesarios unos cuidados que eviten las posibles secuelas, entre las que se incluye el dolor.

Nos ocupamos de prevenir las complicaciones que puedan surgir en las cicatrices de la zona del pie evaluando el problema, proponiendo el tratamiento más recomendable y haciendo el seguimiento correspondiente.

Siempre con el objetivo de aumentar el bienestar del paciente.

Sabemos que acudir al podólogo no es el mejor de tus planes.

Por eso nos esforzamos mucho en que sientas que merece la pena.